La vida de un niño se teje a lo largo del río.
Se refugia en él de sus miedos, del silencio que lo rodea, de la soledad. La rabia ante la indiferencia le ocasiona momentos duros y tristes, pero en el paraíso siempre encuentra un lugar donde protegerse. El realismo mágico en esta novela nos introduce en ese mundo donde los muertos, los sueños y las leyendas lo envuelven todo. Los personajes, observados por el protagonista, están prodigiosamente descritos.
Su mirada nos lleva a vivir con amargura su falta de afecto, ternura y perdón.
El lenguaje utilizado estálleno de imágenes maravillosas. Hasta la víbora más cruel tiene un nombre cautivador: “yarará”.
La dura vida del zambullidor te sumerge hasta los lugares más profundos del alma.