Los fieles seguidores del poeta, que son muchos, ya saben que, para satisfacción nuestra -y de ellos-, no es la primera vez que Francisco Brines prestigia con su presencia nuestro catálogo, ya que en 1995 publicamos el que fuera entonces su poemario más reciente, La última costa (Marginales 138). Pronto comprobamos la necesidad de que toda su obra estuviera al alcance de todos. De la urgencia surge, pues, esta edición de su obra poética completa, que puede considerarse desde ahora como definitiva. Inspirada en la reflexión serena sobre la realidad íntima y sobre la existencia -que trancurre siempre, bajo los ojos acechantes del tiempo, en el filo de la vida y de la muerte cotidiana y definitiva-, su obra trasluce coherencia y constancia, y, a la vez, sutiles transformaciones. Así, la lucidez precoz del primer libro, Las brasas (1960, Premio Adonais 1959), da paso a los poemas histórico-narrativos que conforman Materia narrativa inexacta (1965) y al sinuoso y reflexivo Palabras a la oscuridad (1966, Premio de la Crítica). Aún no (1971) abre caminos nuevos, como la sátira y un desgarrado existencialismo que preconiza la visión desengañada y a la vez metafísica de Insistencias en Luzbel (1977). Con El otoño de las rosas (1986, Premio Nacional de Poesía) recobra Brines la transparencia y la diafanidad para culminar con la luminosidad otoñal de su postrer libro, La última costa, en el que alcanza una difícil desnudez y pureza expresivas. Ofrecemos, pues, estos poemas reunidos al lector para que, en palabras del propio Brines, «ajuste el rigor o acompáñelos benevolente, sienta después desvío o concédales a su entregada intimidad (…) el calor de la suya. Violados con tosquedad, o bien gozados, prestos estarán a conceder su intocada virginidad a cada nuevo lector, pues ésta es condición peregrina de su naturaleza».