scrito tras las Impresiones de África, Locus Solus está presidido por Martial Canterel, un personaje como recién salido de una novela de Julio Verne, de quien Roussel dijo una vez que no se debía pronunciar su nombre «si no se está de rodillas». Canterel, docto científico cuya inmensa riqueza no limita su prolífico ingenio, lleva a un grupo de visitantes a recorrer «Locus Solus», su apartada finca situada cerca de París. Uno por uno irá presentando, demostrando y exponiendo los descubrimientos e invenciones de su fértil y enciclopédica mente. A medida que los inventos se van tornando más elaborados, aumenta en paralelo la riqueza y brillantez de las historias. El flujo de su imaginación se convierte en una riada, arrastrádonos en un torrente de fantasía e hilaridad.